jueves, 28 de julio de 2016

El Jardín de las delicias, El Bosco

‘‘Sin duda es propio de un espíritu de lo más miserable servirse siempre de lo creado y nunca de lo que ha de crearse’’ (el Bosco)
Antes de comenzar, he de confesar que el Bosco nunca ha sido uno de mis favoritos a la hora de planificar un recorrido de Obras Maestras por el museo... hasta ahora. A raíz de la gran exposición que está teniendo lugar por motivo del V centenario de su fallecimiento he podido conocer su obra de una forma distinta a cómo me lo habían enseñado en la carrera. Así que, animada por este nuevo descubrimiento, me lanzo a explicaros su gran obra maestra: El Jardín de las delicias.
El Bosco, El Jardín de las delicias, 1490-1500. Museo Nacional del Prado
En torno a 1490 Engelbrecht II de Nassau encargó al Bosco esta obra. Tras su muerte, siguió perteneciendo a sus descendientes hasta que fue confiscada a Guillermo de Orange en 1568 por el duque de Alba quien, para conocer el paradero de la obra, mandó torturar cruelmente al portero del palacio hasta hacerle confesar. Años más tarde la adquirió Felipe II de entre los bienes del hijo ilegítimo del duque de Alba, el prior don Fernando de Toledo. 

La obra está compuesta por tres tablas que representan, de izquierda a derecha, el Paraíso, el Jardín de las delicias y el Infierno.

sábado, 21 de mayo de 2016

Realistas de Madrid

A una semana de que termine, por fin he podido sacar un hueco para ver la exposición Realistas de Madrid en el Thyssen. En ella se muestran pinturas y esculturas realizadas por el grupo integrado por Amalia Avia, Antonio López, Francisco López, Julio López, María Moreno, Isabel Quintanilla y Esperanza Pavada. Se conocieron como estudiantes en Madrid y juntos comenzaron a desarrollar un arte de carácter realista, en clara oposición al arte abstracto que imperaba en el momento. En la exposición se destacan los paralelismos e influencias entre sus obras, lo que permite descubrir la sensibilidad propia de cada uno de ellos.

Antonio López Torres (sentado), Isabel Quintanilla, Antonio López García, Francesco (hijo de Isabel Quintanilla y de Francisco López), María Moreno y Francisco López en Tomelloso, 1973

lunes, 7 de diciembre de 2015

La condesa de Chinchón, Goya

Goya, La condesa de Chinchón, 1800. Museo Nacional del Prado
Nos encontramos ante el maravilloso retrato de María Teresa de Borbón y Vallabriga, XV condesa de Chinchón y marquesa de Boadilla del Monte. Hija del infante don Luis Antonio de Borbón, hermano de Carlos III quien, por disposición real, prohibió a su hermano vivir en la Corte y a sus hijos emplear el apellido Borbón, negándoles además los derechos sucesorios al trono.

Al suceder Carlos IV a su padre, quiso reunir de nuevo a la familia y concertó el matrimonio de María Teresa, de entonces 16 años de edad, con Manuel Godoy (que aparece retratado en uno de los anillos que la joven lleva en el cuadro). Esta boda resultaba ventajosa para ambas partes: por un lado, Godoy ascendía socialmente al casarse con una Infanta de España, y, por otro, se permitía a la familia de María Teresa volver a la Corte y recuperar tanto el apellido Borbón como el reconocimiento de sus títulos nobiliarios.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Venus y Adonis, Tiziano

Tiziano, Venus y Adonis, 1554. Museo Nacional del Prado
Esta obra forma parte de un conjunto de obras, conocidas como las Poesías, encargadas por Felipe II a Tiziano y que decoraron las estancias privadas del monarca en el Alcázar de Madrid. El encargo consistía en la realización de un conjunto de pinturas de temática mitológica basadas en las Metamorfosis de Ovidio.

lunes, 23 de noviembre de 2015

El Descendimiento, Rogier van der Weyden

Rogier van der Weyden, El Descendimiento, antes de 1443. Museo Nacional del Prado
La pintura, como su título indica, representa el descendimiento del cuerpo muerto de Cristo de la cruz. Esta obra tiene mucho en común con otras pinturas que representan la misma escena: aparecen los mismos personajes y se traslada el cuerpo de Jesús envuelto en una sábana blanca como muestra de respeto y de su condición divina. Sin embargo, van der Weyden quiere mostrar no sólo la muerte de Cristo en la cruz, sino también la Compassio Mariae, el sufrimiento padecido por la Virgen al presenciar la muerte de su hijo.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Obras Maestras del Museo del Prado

‘‘Nunca tendré la osadía de afirmar que realmente vi el Hermitage. Estuve en todas sus salas, eso es todo ’’(Stefan Zweig)
No pretendo ser menos que Stefan Zweig, así que no afirmaré que conozco el Museo del Prado, sólo que he estado en todas sus salas... varias veces. Pero como al final de lo que resulta más fácil hablar es de lo que se tiene más a mano, he pensado en dedicar una serie de posts a una selección de 10 Obras Maestras del Museo del Prado.

No ha sido fácil realizar esta selección: hay tanto donde elegir y de tan buena calidad que sabe mal escoger a unos para dejar a otros fuera, así que pido disculpas por todas aquellas obras que no han entrado en esta selección.

Bienvenidos al Museo del Prado



Almudena Ruiz del Árbol Moro

martes, 28 de julio de 2015

Dejarse tocar por el arte

Hoy he quedado a merendar con Anita (una de las coautoras de Sala 12 desde sus inicios) y después de un buen rato de conversación hemos acabado hablando del blog. Por un comentario suyo, me he dado cuenta de que lo que escribí en El segurata del museo, puede ser malinterpretado por no haber sabido expresar bien lo que quería decir.

En ningún momento he querido hacer un juicio de valor sobre una u otra profesión. Lo que quise expresar en esa entrada se puede resumir en 5 palabras: "Dejarse tocar por el arte".

Sé que aquella fue una entrada más personal de lo que acostumbro a escribir y esta vuelve a pecar de lo mismo, pero es algo de lo que quiero hablar.

Como historiadora del arte, con mucha frecuencia me veo en situaciones en las que, de una forma más o menos forzada, me convierto en una guía de arte: la gente te pide que le des datos, fechas, términos artísticos, biografías, explicaciones, análisis hasta el detalle... No voy a quejarme: me encanta hacer visitas y durante un tiempo viví exclusivamente de ello (y de hecho en ocasiones lo hago de forma gratuita en mi tiempo libre). Pero muchas veces echo de menos tener un poco de "intimidad", un tiempo de enfrentarme personalmente a la obra y dialogar con ella, sin textos, sin explicaciones, sin datos ni biografías. Sólo la obra y yo.

Admiro y aliento que la gente procure conocer mas sobre la historia y arte, es más, lo considero fundamental. Pero también creo que, para desarrollar un gusto auténtico por el arte, se debe dedicar tiempo a la contemplación.

Lo que quise expresar en aquella entrada fue mi alegría al encontrarme a alguien que se había dejado tocar por el arte. Y para eso no le hicieron falta ni libros, ni audioguías, ni historiadores: sólo se puso delante de un cuadro y se dejó tocar.


Almudena Ruiz del Árbol Moro