lunes, 7 de octubre de 2013

El nuevo Miguel Ángel

Hace tiempo, y gracias a mi hermano, conocí el Centro Aletti. Este taller de arte, iniciado por Rupnik -conocido como el Miguel Ángel del siglo XX-, expresa en mi opinión una corriente renovadora del arte cristiano; y es que a lo largo del siglo XX se ha hecho evidente que éste ha perdido su capacidad de expresarse en un lenguaje contemporáneo.

Vivimos en una sociedad en la que la imagen desempeña un papel fundamental, pero una gran parte del arte religiosa continúa utilizando un estilo "murillista" -y por tanto desfasado- y a la vez vacío de contenido. El Centro Aletti desarrolla un arte litúrgico, en el que la imagen no es mera decoración sino que está lleno de significado.

Una de las grandes aportaciones del arte del Centro Aletti es la unión de los lenguajes artísticos occidental y oriental: toma de Oriente el contenido teológico y la búsqueda de expresarse en un lenguaje común al conjunto de los fieles; y de Occidente su forma, lo que permite a este arte entrar en diálogo con la modernidad.

El Centro Aletti ha realizado sus mosaicos por todo el mundo, y cada vez se va extendiendo más su fama. Me gustaría poder dedicar una entrada del blog a cada una de ellas. Quizá un día lo haga. Para comenzar, me gustaría hablar de la capilla del Santísimo de la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, en Madrid.
Detalle de uno de los mosaicos de la capilla del Santísimo de la catedral de la Almudena
En todas las catedrales las naves centrales y el altar mayor están destinados a las celebraciones litúrgicas más importantes y a las que normalmente acude un mayor número de fieles. De ordinario, la Misa diaria se celebra en alguna de las capillas laterales o en la Capilla del Santísimo. En ésta es donde además se mantiene siempre custodiada la Eucaristía.

Estas capillas son por lo general más pequeñas, invitando al recogimiento, y en ellas, el elemento más importante es el Sagrario. Todo está pensado para destacar su presencia, así como para crear la atmósfera adecuada para facilitar el encuentro entre el fiel y Jesús Sacramentado. Incido en esta presencia del Sagrario porque en este caso concreto todo el programa iconográfico va a girar en torno a él.

Como he dicho anteriormente, en el Centro Aletti tiene un gran peso la tradición artística oriental. En este arte los colores tienen un significado simbólico concreto. Por ejemplo, el rojo hace alusión a la Pasión, o el azul al Cielo. En esta capilla predomina el dorado, color siempre relacionado con la divinidad y la santidad. Como es lógico, se ha elegido este color porque es aquí donde encontramos a Cristo: es el mismo Dios quien está presente en la Eucaristía, y por tanto es como tener un trozo del Cielo en la Tierra.

Los temas iconográficos están elegidos con relación a esta presencia eucarística. Por un lado, encontramos imágenes en las que se hace una referencia más directa al Sacramento, mostrando escenas tanto del Antiguo Testamento -la recogida del Maná en el desierto- como del Nuevo -la partición del pan con los discípulos de Emaús y el milagro de la multiplicación de los panes. Por otro lado, las escenas del Buen Samaritano y la Serpiente de Bronce hablan de los beneficios de la Eucaristía como fármaco.

Para no extenderme demasiado, de las escenas del programa iconográfico de la capilla, voy a centrarme en la de la Adoración de los Magos. Ésta es además la primera del programa, puesto que es la primera con la que nos encontramos, incluso antes de entrar, siendo visible a través de las puertas de cristal que dan acceso a la capilla.

La Adoración de los Magos. Capilla del Santísimo de la catedral de la Almudena
Desde el punto de vista formal, las figuras siguen la tipología de los iconos orientales (se puede ver por ejemplo el nimbo crucífero del Niño Jesús), pero con una simplificación cromática y un trazado de líneas más cercanos al arte contemporáneo. Los Reyes están representados en una perspectiva abatida, muy utilizada en el arte paleocristiano y medieval.

La escena está acompañada por la frase "Venimos a adorarlo". Esto nos indica que estamos entrando en un lugar donde el propio Dios está presente. Además, como explican desde el Centro Aletti: "los Reyes Magos son presentados conmovidos y totalmente prendados por el hecho de que su camino de búsqueda de Dios se concluye con el descubrimiento de un rostro".

Con este ejemplo podemos apreciar cómo el Centro Aletti desarrolla un tipo de arte que podemos denominar litúrgico: no se detiene únicamente en los aspectos plásticos de su obra de arte, sino que toda ella está determinada por el lugar en el que se encuentra y destinada a un fin: explicar la fe cristiana por medio de la imagen.


Almudena Ruiz del Árbol

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