domingo, 20 de octubre de 2013

Macchiaioli

Ayer por la tarde fui a visitar una de las exposiciones de Mapfre: Macchiaioli. Me habían hablado muy bien de ella y la verdad es que, aunque la esperaba diferente, me ha gustado.

Los macchiaioli fueron una serie de pintores que renovaron el arte italiano de una manera similar a como lo hicieron los impresionistas aunque, sorprendentemente, lo hicieron antes. Esto me llamó especialmente la atención pues nunca antes había oído hablar de ellos.

De igual modo que harían después los impresionistas, los macchiaioli se oponen a la pintura académica en la que se habían formado y persiguen un nuevo arte moderno. Los macchiaioli se caracterizan por un estilo sencillo, en la que predomina la simplificación de las formas y figuras, oponiéndose al realismo minucioso de la pintura anterior. De este modo, las escenas parecen estar formadas por una superposición de manchas de colores.

Giovanni Fattori, La torre roja. 1857.


"Las figuras casi nunca superaban la dimensión de quince centímetros, que es la dimensión que toma lo real cuando es observado a cierta distancia, o sea, a aquella en la que las partes de la escena que nos ha producido una impresión se ven como masas y no en detalle; por tanto, la figura vista ante una pared blanca [...] se consideraba como una mancha oscura sobre otra clara".
Adriano Cecioni, Scritti e ricordi, Florencia, 1905

Al igual que ocurriría más tarde con los impresionistas, fueron estas composiciones realizadas a base de manchas las que les ganó el calificativo, en principio peyorativo, de macchiaioli (“manchistas”), utilizado por primera vez por Signorini en 1862.

Lo que más me ha gustado de la exposición han sido las comparaciones que se pueden establecer entre la pintura de estos macchiaioli con otras obras, tanto contemporáneas como anteriores.

A lo largo de la exposición se presenta la evolución estilística de esta generación de pintores. Del mismo modo que ocurrió en el arte francés o español, la renovación pictórica de finales del siglo XIX pasó primero por un estilo realista influenciado por la escuela de Barbizon, que defendía la pintura al aire libre y la representación de la realidad social, y en concreto la campesina.

La obra La sirga, de Telemaco Signorini, me recordó a la obra de Jean-François Millet, de la ya mencionada escuela de Barbizon, aunque quizá en la obra del italiano se puede apreciar una mayor crítica social, contrastando el duro trabajo de los campesinos con el elegante burgués que aparece junto con su hija al fondo, enfrente de ellos.

Millet, Las espigadoras. 1857
Telémaco Signorini, La Sirga. 1864
Otra característica de los macchiaioli es la mirada que hacen al pasado, en concreto a la pintura florentina del Trecento y Quattrocento. Esto les lleva a volver a la pintura sobre tabla, y a la utilización de composiciones basadas en las grandes obras del siglo XV. En la obra de Silvestro Lega, La visita, recuerda claramente a La Visitación de Fra Angelico: en el centro de la composición aparece la anfitriona saludando a su visita, y en un segundo plano la figura de la sirvienta que se acerca andando desde el fondo.

Fra Angelico (detalle) La Visitación. 1525-1528
Silvestro Lega, La visita. 1858
Hacia el final de la exposición se ha dedicado una sala a la similitud del estilo de los macchiaioli y la obra de Fortuny. Esto me resultó curioso porque antes de llegar a dicha sala ya había visto muchas obras que me habían recordado las pinturas del español.

Giovanni Fattori, De Guardia. 1871
Mariano Fortuny, Marroquíes. 1872-1874
Al comienzo de su carrera, Fortuny desarrolló un arte preciosista y minucioso, pero con el tiempo se fue acercando a la pintura al aire libre y su obra se fue asemejando a los presupuestos de los macchiaioli. Aunque no existió una relación estrecha entre ellos, ambos acabaron encontrando soluciones artísticas muy parecidas.

Por último, en la sala final se menciona la influencia de los macchiaioli en el cine de Visconti. Éste se inspiró en la indumentaria y paisajes de los pintores para diseñar todo el aspecto artístico de películas como El Gattopardo o Senso, ambientadas en la Italia del siglo XIX. Siempre me han gustado este tipo de relaciones, buscando las conexiones entre obras de diferentes géneros y épocas, ya que muestran de una forma muy clara lo que es la cultura: (citando nuestro manifiesto del blog) “la unidad de distintas disciplinas que hablan, en última instancia, del hombre”.


Almudena Ruiz del Árbol

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