jueves, 27 de febrero de 2014

Impresionistas cansinos

Queráis admitirlo o no, los impresionistas empiezan a ser ya un poco cansinos. Y no porque Manet, Monet, Pisarro, Renoir y demás no fueran buenos pintores, sino porque en los últimos –digamos– 10 años galerías y museos han sobreexplotado su pintura: durante este tiempo se han organizado al menos dos exposiciones anuales sobre el movimiento o alguno de los pintores impresionistas.

Si no lo creéis, aquí tenéis las fechas de las exposiciones sobre el impresionismo organizadas solamente en Madrid en los últimos 4 años:

2013: Museo Thyssen: Pisarro; Fundación Mapfre: Impresionistas y Postimpresionistas: el nacimiento del arte moderno; Museo Thyssen: Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gogh.

2012: Museo Thyssen: Berthe Morisot: La pintora impresionista;

2011: Museo Thyssen: Jardines impresionistas; Museo del Prado: Pasión por Renoir.

2010: Museo Thyssen: Monet y la abstracción; Fundación Mapfre: Impresionismo.

Todo esto, unido a las clásicas láminas con paisajes de Monet disponibles en toda tienda de decoración listas para enmarcar y colgar en tu salón. Y no hemos hablado todavía del merchandising.

Cuando me disponía a escribir esta entrada, comencé una conversación en Twitter con Cristina Alonso sobre este tema, y de ahí surgió la idea de realizar esta colaboración. Cristina aportó la mayor parte de las ideas del discurso, así que he pensado que lo mejor es que ella misma os las cuente, copiando a continuación el texto de su intervención.