jueves, 28 de julio de 2016

El Jardín de las delicias, El Bosco

‘‘Sin duda es propio de un espíritu de lo más miserable servirse siempre de lo creado y nunca de lo que ha de crearse’’ (el Bosco)
Antes de comenzar, he de confesar que el Bosco nunca ha sido uno de mis favoritos a la hora de planificar un recorrido de Obras Maestras por el museo... hasta ahora. A raíz de la gran exposición que está teniendo lugar por motivo del V centenario de su fallecimiento he podido conocer su obra de una forma distinta a cómo me lo habían enseñado en la carrera. Así que, animada por este nuevo descubrimiento, me lanzo a explicaros su gran obra maestra: El Jardín de las delicias.
El Bosco, El Jardín de las delicias, 1490-1500. Museo Nacional del Prado
En torno a 1490 Engelbrecht II de Nassau encargó al Bosco esta obra. Tras su muerte, siguió perteneciendo a sus descendientes hasta que fue confiscada a Guillermo de Orange en 1568 por el duque de Alba quien, para conocer el paradero de la obra, mandó torturar cruelmente al portero del palacio hasta hacerle confesar. Años más tarde la adquirió Felipe II de entre los bienes del hijo ilegítimo del duque de Alba, el prior don Fernando de Toledo. 

La obra está compuesta por tres tablas que representan, de izquierda a derecha, el Paraíso, el Jardín de las delicias y el Infierno.